Quienes sufren de diabetes tipo 2 – la más común con un 90% de entre los diabéticos – se ven afectados por una escasa producción de insulina por parte del páncreas, la glucosa no acompaña a las células, permanece en el torrente sanguíneo y, por ello, el organismo no funciona correctamente. En otras palabras, no pueden modular correctamente sus niveles de azúcar en la sangre porque, o no producen la suficiente insulina, o sus cuerpos no pueden utilizar adecuadamente la insulina que producen.

Así, las personas que la padecen deben seguir una dieta estricta baja en calorías, reduciendo grasas y azúcares, para garantizar su bienestar. Por lo que muchas personas afectadas piensen que comer fruta no sea algo recomendable. Sin embargo, existen muchos tipos especialmente indicadas para el consumo de personas con diabetes gracias a su bajo contenido en azúcar: las manzanas verdes, las peras, los pomelos o el melon amargo son algunas de ellas. De la que nos ocuparemos en esta entrada del blog son, cómo no, las naranjas.

El alto contenido en fibra de las naranjas es fundamental para la saludad digestiva así como su alto contenido en vitamina C para apoyar al sistema inmunológico que, junto a la propia fibra, ayudan a controlar los niveles de azúcar. Además, su bajo contenido glucémico, igual a 5, indica que el incremento de este elemento en sangre es mínimo. Por no hablar del bajo contenido calórico de la naranja (en pieza oscila entre 10 y 15g), que nos asegura un control de los carbohidratos ingeridos y, de este modo, no superar los 60g por comida recomendados en este caso. Ya sabes, incluye una naranja en tu dieta al menos unos días a la semana. Tu salud lo agradecerá. Todo lo contrario a como reaccionará tu cuerpo si consumes otras frutas como la uva, las fresas el mango o el kiwi, altamentente azucaradas. Una vez más, ¡#SiLaVidaTeDaNaranjas disfruta y cuídate!